domingo, 23 de enero de 2011

... Alicante

En un lugar de Alicante, cuya leyenda cuenta que en la época de la dominación árabe, un príncipe quería casar a su bella hija con un Sultán. Pero la joven estaba enamorada de un cristiano con quien se veía a escondidas. Hasta que el padre de la joven se enteró y, loco de rabia, decidió esperar al cristiano en una de sus incursiones nocturnas para matarlo. La princesa al ver en la torre donde pendía sin vida el cuerpo inerte de su enamorado cristiano, corrió hacia él y en un abrazo mortal se precipitó con su amado por el talud de la sierra. El padre, desesperado ante la muerte de su hija, se precipitó tras ella quedando destrozado por las chumberas a mitad del precipicio. Y desde entonces la sierra tiene la cara del malvado príncipe, azotado eternamente por el viento y el tiempo inclemente. O como más se le conoce, la cara del moro.

Una leyenda que en este diario de los rincones de Alicante resurge de las cenizas, pues ya sabéis que subido en Eulud realizare mi peculiar “camino de Alicante” recorriendo los distintos pueblos, y localidades de la provincia. Y que mejor que empezar escribiendo el diario con esta “imagen” que muchos de los alicantinos y, no alicantinos, relacionan con la ciudad.

El nombre del Castillo Santa Bárbara viene del día de la conquista de Alfonso X a los árabes, el 4 de diciembre de 1248, día de la festividad de Santa Bárbara. Situado a 170 metros, en la cima del Monte Benacantil, es sin duda el mejor vigilante de esta ciudad mediterránea. A día de hoy atrae a miles de turistas cada año, por el hecho de trasladarlos a otra época y disfrutar de las panorámicas que ofrece. Desde el castillo podemos contemplar vistas impresionantes de toda la ciudad, del mar mediterráneo, llegando a ver la isla que de Tabarca.

Al castillo se accede a través de diversas "rutas". La primera a través del parque de la Ereta, que comunica el casco antiguo de la ciudad, más concretamente el barrio de Santa Cruz, con la cima del castillo. Se encuentra entre el monte Benacantil, rodeado de árboles mediterráneos y pinos, un parque que encontramos, además de las fuentes y los banquitos, un restaurante y una sala de exposiciones. Otra forma de acceder a la fortaleza es por la carretera, desde la calle Vázquez de Mella, justo en la parte posterior del castillo. Si lo que te apetece es un contacto con la naturaleza, que mejor que una ruta senderista y subir a pie por los caminos dedicados para el senderismo. Y la última opción, la más moderna también, es a través del ascensor. Y es que el Castillo de Santa Bárbara dispone de un servicio para ascender desde, por así decirlo, “la orilla de la playa del Postiguet”. El ascensor lo encontramos en la parte baja del monte, enfrente de la playa, donde ha sido construido en la misma roca de dicha leyenda. Aviso para andantes, dicho “lujo” no es gratuito, y el costo es de 2€.


El castillo se reparte en tres partes -que no sabría decir cual más vistoso o histórica-, el salón de Felipe II, la Torreta, y el zona más moderna. En el Salón de Felipe II (1580), es un gran salón rodeado de grandes columnas, con pequeñas ventanas en lo alto de las paredes y un pequeño expositor ubicado al final de la sala, donde encontramos distintos objetos de antigüedad. A la salida del salón encontramos el patio de armas, y la ermita de Santa Bárbara. En “La Torreta”, es la zona más antigua del castillo, donde nos encontramos con la torre del homenaje, además de con muchísimos restos arqueológicos. En una especie de balcón, es donde nos encontramos aún en sus puestos, varios cañones que también datan de la época de esta fortaleza. Y por último, la zona más moderna ( en el s. XVIII), se encuentra el Revellín del Bón Repós y hasta una sala de exposiciones, dedicada al arte contemporáneo internacional con esculturas, cuadros… En dicha zona también se encuentra una estatua en honor a Félix Berenguer, un militar de origen alicantino.

El horario del castillo es de Noviembre a Marzo, desde las 9 de la mañana hasta las 19 de la tarde. Entre los meses de Abril y Octubre de 10h de la mañana hasta las 20h de tarde.

Al principio hablaba de la cara del moro, uno de los aspectos más renombrados del castillo, y es que quién haya venido a Alicante, sabrá que es una cara la que define el perfil de este castillo. Una cara visible desde diversos ángulo, y que invita a la imaginación, al pensamiento y al recuerdo de otras épocas.

1 comentarios:

Anónimo dijo...

De Alicante no es que conozca mucho, pero si es verdad que las vistas desde el castillo son impresionante. La cara en la montaña no me fije cuando fui, la próxima vez que vaya no se me pasara verla.

Te agrego a favoritos, porque aún siendo de Vigo este blog pinta bien.
Karlos

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