domingo, 27 de marzo de 2011

... Biar

Y que mejor que un lugar de desconexión para un domingo como el de hoy. Y para ello os voy hablar de Biar, el lugar perfecto que podéis visitar para desconectar, disfrutar de la naturaleza y respirar. Me han comentado que las fiestas de moros y cristianos son dignas de ver, pero tengo que decir que no las he visto, aunque si es cierto que un conocido me ha dicho que tiene su encanto, ya que mezcla el concepto de pueblo, de casco antiguo, dándole un toque especial a esa fiesta tradicional.
En cuanto a su historia, el municipio de Biar data de época prehistórica, cobrando peso demográfico durante la Edad del Bronce. Tras la Edad del Bronce, se constata la caída demográfica común a toda el área durante este periodo. La población vuelve a aumentar en época romana, pero hay constancia de que existiera un núcleo de población estable hasta tiempos de al-Ándalus. Asignado este lugar fronterizo a la Corona de Aragón por el tratado de Almizra de marzo de 1244, fue la última ciudad del antiguo Reino de Valencia que sitió Jaime I. En principio, el rey respetó la presencia, las posesiones y las costumbres de la población musulmana, y se limitó a establecer una guarnición, arrendar las rentas reales y cobrar impuestos. Pero la sublevación de los musulmanes (1276-1278 ) conllevó su expulsión de este lugar. Durante la Guerra de Sucesión, Biar se mantuvo fiel a Felipe V y debió de resistir los ataques de los austracitas. A su victoria, el primero le otorgó los títulos de "muy noble, leal y siempre fidelísima". Benejama, Campo de Mir y Cañada pertenecieron al término de Biar hasta finales del siglo XVIII, en que se constituyeron como municipios independientes.

¡Grandes historias de un lugar grande en su visita!

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